Yo podría hacerte mil canciones que hablen de amor,
mil poesías a tus dones, tus rayos de sol.
A tu universo paralelo, tu me enseñaste que es el cielo,
a tocarle con los dedos y a sentir su terciopelo.
Tu sonrisa angelical, para mi es más bien brutal,
un tal para cual, yo soy el dedo y tu el dedal.
Hoy que importa la edad, importa más la calidad,
el amor que siento por ti remplaza esa cantidad.
Hoy podría decir que el cielo se refleja en tus ojos, y es mentira,
mi vida, eres tu quien lo ilumina.
Cuando abres aquellos parpados que los míos encandila,
tu eres la luz en mi día, y en la noche mi guarida.
Bien estimado.
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