Se que la locura como la vida, es un ciclo. Que todo es generado por otra cosa, algo así como un efecto causa consecuencia.
¿Pero es posible escapar a esta locura?
¿Se puede elegir ser más o menos cuerdo?
¿Hay en las personas alguna clase de poder para lograrlo?
El otro día estaba en el paradero próximo a tomar mi trasporte diario, y una mujer con apariencia de loca, descuidada y sucia sube al bus con su pequeña hija maltrecha en brazos. Ante esto, es inevitable sentare cerca y pensar en el tipo de vida que vivimos y en las circunstancias paupérrimas en las que se genera vida hoy, independiente del contexto económico, prefiero hablar sobre la situación mental.
La pobreza se tiene no por que se quiera, si no por que no se desea pelear para salir de ella. La pobreza como casi todo, o como todas de las situaciones, se da según mi percepción como un ciclo benigno, algo así como un círculo malicioso social-cultural. Me refiero a que solo basta con observar en el núcleo que se engendran niños, el tipo de familias o de lugares. Incluso las formas en que los crean y como se relacionan las partes. Y esto es solo culpa de la educación, más bien, de la falta de esta misma y del poco interés por poseerla.
El último nombre que se me viene a la cabeza, que luchó contra este poderoso villano invisible, es el del presidente Salvador Allende. Quien si mal no recuerdo dijo, no de esta forma literal, pero bajo esta misma idea: “La única solución para combatir la pobreza, y salir de ella es educándonos, es estudiando, es culturizando las mentes”. Sabiendo que las grandes organizaciones que han logrado cambios importantes de trato hacia, por ejemplo, los trabajadores, la salud y las condiciones sociales en que estos se desarrollan, en continentes lejanos y países desarrollados como los Europeos, no han sido ni por parte de la política ni de los altos estratos, si no a través de asambleas que en movimientos inteligentemente organizados lograron alzar la voz y hacerse presente culturalmente.
Si Martin Luther King hubiese sido Mapuche, otro gallo cantaría. Nuestros ancestros seguramente mantendrían la gran parte de tierras que han perdido en muchos casos por culpa de su ingenuidad e ignorancia, y no existiría el trato hacia ellos que hoy por hoy existe injustamente. Quizás lo que propuso Luther King fue diferente, en la forma de desarrollar el conocimiento colectivo más allá de las causas y objetivos, pero el fin fue el mismo; Culturizar las masas, que generalmente son tontas y fáciles de dominar negativamente, para lograr la anhelada igualdad.
Pero los políticamente poderosos contemporáneos aunque difamen su “lucha contra la ignorancia” y su gran apoyo a la educación, saben que no les conviene, y saben que según sus convicciones económicas pelear de verdad por una enseñanza limpia sería peligroso. Saben que la situación actual entre más igual se mantenga en el contexto de pobreza, marginalidad, escases, cultura e información, es mejor para su bolcillo y bienestar. Claro, les conviene asegurar su futuro, el de sus hijos y sus nietos.
Les conviene que en la radio y en la televisión suene la misma música de mierda insinuando tener sexo, usando la mujer como un aparato masturbatorio, una herramienta desechable con la cual puedes saciar tus deseos de manera sencilla, hacer lo que quieras y tirar lo que gustes sobre ella; Les conviene que existan programas promiscuos dedicados a difundir videoclips con amplios escotes y grandes traseros, con fáciles féminas ejerciendo una labor de perra televisiva, lo que para ellas por cierto parece agradable y común; Les conviene que se adopten costumbres y que les compres las modas paupérrimas que te venden de países más pobres y aun más analfabetos que el nuestro, que los niños se vistan como proxenetas y actúen como dominadores casi esclavizadores con derecho, entrando a discotecas y toqueteando a niñitas de menos de quince años, que visten y actúan como las mismas perras que la caja estúpida les muestra; Les conviene muchísimo que se consiga droga y se compren armas baratas, que los críos se crean malos gangsters de barrio queriendo dominar hasta a su madre, para que se maten entre ellos; Y por Dios que les conviene que se use el internet sin filtro, que los niños fácilmente puedan buscar potos, tetas y vaginas por internet, lo que claramente es más llamativo que informarse sobre los derechos básicos o sobre como los políticos buscan manipularlo haciéndolo un sucio arribista consumidor, que no tiene donde caerse muerto sin plata para el almuerzo pero con derecho a tener gorras, cadenas y zapatillas caras. Es evidente, entre más desinformado estés, entre menos información valiosa almacenes, entre menos conocimientos y más profano, iletrado e ignaro seas: más hijos tendrás, más pobreza habrá, menos querrás trabajar o trabajar dignamente y pelear por tus derechos laborales o de ciudadano (que obviamente desconocerás). Así más seguros te venderán, más plata te robarán, más te encalillarás, y en definitiva por que te sientes robado, violado y estafado por algo que no sabes, también robarás por que lo crees justo. Y para los gobiernos que juran protección y limpieza es muy fácil acabar con las señoras pobreza y delincuencia, pagando el sueldo de un cerdo sicario de verde que apalea hasta por querer vender en la calle buscando salir de una y escapar de la otra, y metiéndolos en celdas que después ellos mismos incendiarán haciendo de cierta forma una analogía de la manera de limpiar el país que ocupó el Señor Adolfo.
Y al final todo gira, niños crían niños. Ladrones crían Ladrones. Ignorantes crían ignorantes. De esta manera se logran alargar las brechas sociales y económicas, se estafa a los que no se informan adecuadamente por desinterés propio, y los ricos se atribuyen el derecho de pisotear al pobre o al trabajador honrado, tratándolo de mentiroso y delincuente. Y así sucesivamente continua todo.
Para mi es la situación es inevitable. Sonará negativo o algo pesimista (pero como dice Perich: “El optimista es el que cree que todo tiene arreglo, el pesimista cree igual pero sabe que nadie va a intentarlo”, o como dice Antonio Mingote: “El pesimista es un optimista que está bien informado”), pero es que es evidente que hoy no existe gente en el poder que se interese por culturizar de manera real a los ignorantes, por educar a los padres y sobretodo a los niños, que aunque sea una frase cliché es verdad, son el futuro de Chile y es lo que seremos todos; No existe el valor y la voluntad por cambiar la situación, por que se acabe el joven padre pobre teniendo hijos igual de pobres, desordenados, drogadictos, sucios, despreocupados, locos y delincuentes que ellos. Por que para el poderoso de hoy en día es más adecuado y menos amenazante mantener la situación como esta, sin darle importancia a las agrupaciones o asambleas que se crean para lograr cambios (los que en algunos casos logran en parte sus fines, aunque sean cambios circunstanciales y efímeros), así el rico se hace más rico y el pobre se hace más pobre. Y todo tranquilo, todo igual, todos felices.
La ignorancia hace que elijas mal o no elijas nada. Y después de leer esto es claro, el poder esta en el saber.
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