Pero no quiero.
Decir por ejemplo que tu alma esta podrida, por que tu cuerpo no me inspira.
Que el sol ardiente derrite mis deseos...
Por que la musa que fuiste nunca lo fuiste.
Por que nací muerto y contigo nunca me sentí en vida.
Puedo decirte que el viento que exhalas me quema,
que me rodea el cuello y me apresa...
Que el cielo de tus ojos nunca existió,
que son negros y redundantes...
Y que jamás iluminaste ni un poco la noche inmensa.
Que el olor de tu boca jamás me encantó,
al contrario, me dio asco...
Que el perfume que te pones no oculta tus mentiras,
Y que las duchas que te das no lavan tu conciencia.
Que soy yo el que cargo tu mochila,
y no me importa si son de otros los cuadros de tus murallas.
Que me gustas cuando callas
por que te siento lejos.
Y te odio cuando hablas por que tienes razón...
Que por mucho que me hable tu pecho nunca encuentro respuestas claras.
¿Será por que solo piensas y no tienes corazón?
O soy yo el que no pienso y solo odio profundamente,
Y aunque el sol de esta tarde ilumine y te queme,
yo no siento calor.
Me atrapa tu idea de amor...
Que convence a mi idea de amor...
Te odio por que me siento libre,
y puedo odiarte con libertad.
Te amo por que te odio en silencio...
Por que solo estando solo puedo estar en paz.
Y más allá del desprecio...
Más allá del precio...
Más allá de todo eso...
Del asedio de tu infinito amor que ama desinteresadamente.
De la locura interminable...
De la pasión que provocas en mis letras,
de que no se escribir...
Del trastorno de mis frases sin obstáculos,
de la esquizofrenia sin freno...
Algo queda por rescatar...
Y es que podría describir tu belleza.
Pero en realidad no quiero.
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